YO, LA PEOR DE TODAS


Yo, la peor de todas, es una película basada en la obra “Sor Juana o las trampas de la fe”, de Octavio Paz. La película nos muestra la vida en la época de la conquista, cuando México todavía era una colonia Española. Esta tiene lugar en el siglo XVII, cuando la Nueva España era gobernada por la corona Española en conjunción con la iglesia católica. Durante esta época la sociedad era controlada por la iglesia, que a su vez estaba formada por hombres fanáticos de la religión, egocéntricos, que creían que la religión era lo más importante y se debía acatar al pie de la letra, y que las mujeres eran menos y no podían hacer lo mismo que ellos. Ellas solo podían estar en la casa, y las que no se casaban en el convento.
Yo, la peor de todas nos narra la vida de una mujer sobresaliente, Sor Juana Inés de la Cruz. Sor Juana es proyectada como una mujer intelectual que sigue sus ideales, que rechaza superficial, lo efímero, y que prefiere “poner (bellezas y) riquezas en su entendimiento / y no (su) entendimiento en las (bellezas y) riquezas”. Esto se refleja con el hecho que Sor Juana que rechazo el matrimonio, la carne, y lo mundano, para llevar una vida intelectual, que de otra forma no habría podido conseguir. En un mundo totalmente masculino, el convento se convirtió en su único refugio, es su espacio donde podía cultivar su intelecto, su poesía y su amor por las ciencias.
Al igual que en la película, Sor Juana, con su estilo barroco, con retruécanos, metáforas, y antítesis nos dice en sus poemas lo que ella quiere. En su soneto “En perseguirme, mundo. Que interesas?” Ella claramente nos dice lo que quiere: poner riquezas en su entendimiento y no su entendimiento en las riquezas, a ella no la importaba tener riquezas materiales como las demás personas de su época, ella lo único que quería era cultivar su intelecto.
Sor Juana en el convento tenía la facilidad de estudiar, de escribir, y de vivir la vida intelectual que ella quería. En los muros del convento contaba con la protección de la Virreina María Luisa y su esposo el virrey, por lo cual la autoridad eclesiástica toleraba que Sor Juana escribiera y estudiara. La película sugiere una amistad muy intima entre Sor Juana y la virreina, en un dialogo entre las dos, la virreina le comenta a Sor Juana, “Eres más poeta que monja, mas monja que mujer.” Esta amistad inspiro a Sor Juana varios bellos poemas de amor, que la virreina disfrutaba leer.

Sin embargo, la visión monolítica de la iglesia católica, representada por el arzobispo Aguiar y Seijas, la máxima autoridad de la iglesia católica y encargado de que se llevaran a cabo las órdenes de la Inquisición en la Nueva España, logro vencer a Sor Juana, y al terminar la protección de la corona, la despojo de sus “hijos”, su telescopio, su reloj solar, y sus queridos libros, lo que significo su muerte intelectual y espiritual. El arzobispo no podía aceptar la idea que Sor Juana, una mujer, fuera más inteligente que él, le tenía envidia. Como el virrey de la Nueva España le dijo a de la Cruz, “donde tú pisas crece la envidia” y esa envidia y el hecho que Sor Juana era mujer, fueron motivos suficientes para despojar a Sor Juana de sus hijos.

En la película predominan dos temas, el machismo de la época y la corrupción en las personas que tenían el poder. Al igual que aquellos que buscaban “labrarse fortuna en los palacios”, como dice Juan del Valle Caviedes, los miembros de la iglesia eran embusteros, lisonjeros, soplones, y muy parleros. Y para muestra tenemos al obispo de Puebla o la supuesta Sor Filotea de la Cruz, que para hacer encolerizar al Arzobispo le pide y convence a Sor Juana escribir un ensayo sobre Antonio de Vieira, el teólogo Portugués preferido del Arzobispo. El lisonjero y embustero obispo le promete a Sor Juana que este ensayo no iba a ser publicado, que solo algunos lo leerían. A pesar de las promesas y demás, el obispo publico el ensayo, y no solo eso, como prologo publico una carta en la cual “conmina a (Sor Juana) a usar su inteligencia y su saber en el estudio de las letras divinas en vez de las seculares”. Como era de esperarse el arzobispo se enfureció al leer el ensayo en el cual se rechazan las interpretaciones del teólogo portugués, y más porque quien lo había objetado era una mujer. Pues en ese tiempo la teología no era cosa de mujeres.

Sor Juana escribió la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz en la cual se defiende de las acusaciones que le hacen. Y también defiende a las mujeres y dice que son igual o mucho mejor que los hombres al señalar: “Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito.”
Al final, ya cuando muchos de sus seres queridos habían muerto, y sus pertenecías más queridas le habían sido arrebatadas, Sor Juana hace una autocritica en la cual se ve acabada física y espiritualmente en esta declara ser la peor de todas, sin embargo, en lo efímero que es la vida, con el paso del tiempo se convirtió en la mejor de todas, nos dejo lo que ella mas apreciaba, su intelecto, sus poesías, sus ideas innovadoras y estas si son para siempre.
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