La vendedora de rosas



FICHA TÉCNICA

Dirección: Víctor Gaviria
Guión: Víctor Gaviria
Producción: Producciones Filmamento
Duración: 110 minutos
Países: Colombia
Año de producción: 1998
Reparto: Leidy Tabares (Mónica) , Marta Correa (Judy), Mileider Gil (Andrea), Diana Murillo (Cachetona), Liliana Giraldo (Claudia), Alex Bedoya (Milton), Giovanni Quiroz (El Zarco)




Sinopsis: Mónica tiene trece años y ya se ha rebelado contra todo. Ha creado su propio mundo en la calle, donde lucha con coraje para defender lo poco que tiene: sus amigas, tan niñas como ella; su novio, un traficante de drogas; y su orgullo, sin concesiones a nadie. La noche de Navidad, como todas las noches, vende rosas para ganarse la vida y para comprar el sueño de una velada con ropa recién estrenada y una salida con su novio, pero la vida le depara una nueva cita con la soledad, la pobreza, la droga y la muerte. Mónica es la otra cara de una ciudad intensa y cruel como Medellín o como cualquier ciudad en donde los niños de la calle no tienen lugar en este mundo.

FICHA DIDÁCTICA
1. OBJETIVOS PEDAGÓGICOS
  • Conocer la situación de los niños y niñas que viven en las calles de las grandes ciudades en situación de riesgo y exclusión social.
  • Reflexionar sobre la situación de violación de los derechos fundamentales de la infancia en la que se desarrolla la v ida de los niños y niñas de la calle.

2. CLAVES DE TRABAJO PARA EL PROFESORADO


Fuente:http://www.edualter.org/material/cinemad2/vendedora.htm

La vendedora de rosas es una película extremadamente dura y con vocación de retrato social. Se trata de cine comprometido con la propia comunidad. A través de ella nos acercamos a una serie de personajes, niños y niñas de la calle, totalmente vulnerables, sometidos a unas condiciones que les rebasan totalmente. Ante la situación de empobrecimiento y falta de oportunidades estos niños y niñas han acabado en una espiral de violencia, drogadicción, delincuencia, abuso y degradación. Sus mismos actores y protagonistas prácticamente se interpretan a sí mismos o a muchos otros como ellos: son también niños y niñas de la calle. La historia real de la actriz protagonista de la película, Leidy Tabares, que interpreta el personaje de Mónica, es especialmente reveladora de la vida y destino de muchos de estos niños y niñas de la calle que habitan en las grandes ciudades de los países del sur. Leidy Tabares es hija de una madre alcohólica que tuvo siete hijos de siete padres distintos. A los cinco años Leidy huyó de su casa, donde sufría maltrato, para empezar a vivir en las calles de Medellín. No asistió a la escuela y sobrevivió vendiendo rosas en las calles y bares. Hasta los 13 años, que fue cuando hizo la película, ésta había sido la historia de su vida. Pero el film, que fue un éxito en Colombia y en el mundo entero, permitió que Leidy empezara a cambiar su suerte y tuviera otras apariciones en televisión. Famosa y popular, trató de poner en marcha una Fundación para ayudar a los niños de la calles, pero la iniciativa no fructificó. El éxito fue pasajero: Leidy volvió a las calles de Medellín, donde continuó su vida. Allí presenció el asesinato de su compañero sentimental y padre de su primer hijo. Pero la tragedia no acabó ahí: arrestada en el año 2002, desde entonces ha estado en prisión, acusada de participar en el asesinato de un taxista. Pero la suya no es una historia singular, buena parte de los actores que aparecen en la película a los pocos años estaban muertos. Triste destino el de estos niños y niñas de la calle.
La historia de estos niños y niñas tiene su origen en los procesos de empobrecimiento a las que se han visto sometidos la gran mayoría de países del sur. Las políticas de ajuste estructural, la liberalización a ultranza, la reducción del Estado y abandono de las políticas sociales que se ha llevado a cabo bajo los dictados del credo neoliberal han generado pobreza extrema. Y entre los sectores más vulnerables siempre acabamos encontrando a los más débiles, niños y niñas que ven cómo sus derechos fundamentales son violados. Uno de los signos más evidentes de esta situación es la misma violación del derecho a tener una infancia y a desarrollarse hacia una vida adulta según los procesos de desarrollo que una determinada sociedad ha consensuado. Esto es lo que ocurre con los niños y niñas de la calle que vemos retratados en esta película. Se trata de una infancia obligada a quemar etapas, a vivir y asumir responsabilidades antes de tiempo. Pero es una infancia a la que se están violando sus derechos a una alimentación sana y equilibrada; a la educación; a una vivienda digna; a ser cuidados, amados y respetados. En el caso de las niñas la situación se vuelve aún más vulnerables, víctimas de posibles abusos y de la explotación sexual.

Colombia, y más concretamente la ciudad de Medellín, es un escenario perfecto para mostrar esta realidad. No es vano es uno de los países de mayor desigualdad social y violencia de América Latina. En los años ochenta murieron en las calles de este país entorno a 50.000 niños y niñas. Son los "desechables", eliminados porque resultaban molestos. En una entrevista concedida desde la cárcel al periodista Juan Carlos Roque, Leidy Tabares afirmaba: "La gente no nos da importancia, la gente nos ve como los malos de la sociedad, como los que dañan, como la mancha negra en la leche. Mas, no piensan que esa mancha la pueden cambiar ¿por qué matan tantos niños en la calle? Porque toman alcohol, porque roban... Pero, no se detienen a preguntar ¿por qué lo hacen? Sino que se dedican a juzgarnos y a acabar con ellos en vez de darles las oportunidades de ser personas, de ser gente de bien, que lucha; porque entre ese mundo hay gente que quiere salir de ahí y que uno, dándoles la oportunidad, ellos demuestran muchas cosas que a lo mejor mucha gente desconoce. Porque son mendigos, porque la gente les da plata, ellos nunca van a salir de ser mendigos porque siempre la gente les va a dar plata en vez de darles la oportunidad de hacer algo. Le echo la culpa a eso, a la falta de oportunidades, a la falta de apoyo, de confianza, de seguridad de lo que pueden hacer."

Un denominador común en la situación de todos estos niños y niñas de la calle es la falta de reconocimiento. En una entrevista concedida por el director del largometraje, Víctor Gaviria, afirmaba al respecto: "Los niños, por ejemplo, que por primera vez iban a poder decir quiénes eran, algo que les hace mucha falta, pues son niños muy poco reconocidos en el mundo. No tienen ningún tipo de reconocimiento. Entonces la película era una forma de que ellos llegaran a ser unas personas íntegras, en el sentido de ser reconocidas." 
El trato que la sociedad da a estos niños y niñas de calle es deshumanizante. Socialmente se construye una imagen de ellos entre la repulsión y el miedo, que genera distancia. Es por eso que algunas de las escenas más interesantes de la película son en las que podemos ver recreadas sus alucinaciones y sueños, porque nos acercan a su vida interior. El director de la película, Víctor Gaviria, convivió muy de cerca con los niños y niñas protagonistas de la película y pudo conocer de cerca estos sueños y alucinaciones. Al respecto cuenta en una entrevista: "Los niños y adolescentes sacoleros "sueñan", alucinan y tienen visiones de imágenes pacientemente construidas: ven a su mamá, que está tan lejos, aparecer de pronto para regañarlos e indicarles un camino que ellos odian sin saber la razón... A veces sueñan con la Virgen María, aparición dulcísima, que está suspendida sobre la calle, y les murmura, sin traicionar los labios, palabras de cariño saturadas de dulzura increíble... Luego la Virgen se transforma en la mamita, la abuelita que le ordena dejar la botella de sacol y volver al internado de las monjas... O sueñan que son más altos que los edificios, o sueñan que se hacen tan pequeños que ya nadie los ve ni los persigue... O viendo rostros cambiantes en las nubes del cielo, o con amigos queridos que conversan con ellos durante horas, amables y agradables, riéndose de la gracia absurda de las palabras... "

La vendedora de rosas cuenta la triste historia de unos niños y niñas abandonados y excluidos que tratan de sobrevivir. Y para ello crean su propia subcultura, con sus normas, sus códigos, sus censuras, sus miedos, sus esperanzas. La película nos ayuda a adentrarnos en el submundo de estos supervivientes.

3. ELEMENTOS DE DEBATE

Fuente:
http://www.edualter.org/material/cinemad2/vendedora.htm

  • ¿Qué situaciones nos ayudan a entender las causa por las que algunas niñas y niños abandonan sus hogares y se van a vivir a la calle? ¿En qué medida tiene que ver con la pobreza? ¿Y con la desestructuración familiar? ¿Qué importancia crees que tiene la falta de respeto y de reconocimiento? 
  • ¿Cómo son las condiciones de vida que vemos en los barrios pobres de Medellín? 
  • ¿Cuáles son los riesgos a los que están sometidos los niños y niñas en la calle?
  • ¿En qué medida se podría considerar que la pandilla actúa como una forma de autoprotección?
  • ¿Por qué crees que los niños y niñas de la calle tienen esta necesidad de drogarse? Y, al mismo tiempo; ¿qué consecuencias crees que tiene esta dependencia de la droga?
  • La película describe situaciones de mucha violencia. ¿En qué se diferencia esta violencia con respecto a la que nos muestran muchas películas norteamericanas de acción o las de Quentin Tarantino? ¿Por qué esta violencia nos resulta tan desagradable?
  • ¿En qué situaciones de la película vemos la importancia que tiene para estos niños y niñas disponer de una situación familiar "normalizada"? ¿Por qué el sueño de una familia "normalizada" es tan importante para ellos y ellas?
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La vendedora de rosas La historia real de una película real Mónica es una niña
Fuente:

La vendedora de rosas": La historia real de una película real Mónica es una niña de unos 12 años que vende rosas de noche por las calles de Medellín, junto con otro grupo de niñas a las que llega a sumarse Andrea, de 10 años, que ha huido de su casa por los golpes de su madre. A lo largo de una noche (la del 23 de diciembre de un año cualquiera) y del día siguiente, La Vendedora de Rosas nos lleva a conocer el entorno en el que vive Mónica, los demás niños y seres con los que se relaciona. Esta película colombiana, dirigida por Víctor Gaviria, tiene varios puntos a su favor que hacen difícil analizarla estrictamente desde el punto de vista cinematográfico. Este es uno de los raros casos en que la realidad trasciende la pantalla por varios motivos,Uno de sus muy grandes aciertos es que Gaviria utilizó a niños de la calle y no a actores. Así mismo, filmó todo en las calles de Medellín, en escenarios reales y no en lugares redecorados. Esto le da un toque de autenticidad profundo a la película. Porque los rostros que vemos, la ropa que usan, las expresiones que dicen al hablar, los lugares como bares, calles, y habitaciones de pensiones o casuchas donde viven los personajes, todo es auténtico. Retomar ese tipo de escenarios e intentar, desde una perspectiva clasemediera "redecorarlo" o "recrear a los personajes" para una película, simple y sencillamente no hubiera sido igual. Y que algún actor profesional hubiera encarnado a Mónica (pienso en Catalina Sandino Moreno, la de María llena de gracia, por ejemplo, para nombrar a otra colombiana), no hubiera resultado. Quizás lo hubiera logrado a nivel actoral, pero no a nivel de presencia física, porque hay algo en el mestizaje de rasgos, el pelo, la estatura, la manera de caminar y moverse, que los actores no pueden, por mucho que lo estudian, replicar.

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La vendora de rosas
La Vendedora de Rosas es una película colombiana dirigida por el cineasta antioqueño Víctor Gaviria y protagonizada por Lady Tabares. Se basa tanto en el cuento La Vendedora de Cerillas (o The little match girl en inglés) de Hans Christian Andersen como en la vida de Mónica Rodríguez. La película se estrenó en 1998.
Sinopsis:
La historia cuenta los acontecimientos vividos por Mónica, una niña de 13 años que vende rosas en la ciudad de Medellín un día antes y durante la noche de navidad. Después de la muerte de su abuela, Mónica huye a la calle y se encuentra con un mundo delictivo lleno de drogas, alcohol y prostitución, ganándose la vida como una vendedora de rosas junto con sus amigas. Durante la noche antes de navidad un borracho le obsequia un reloj; ella muy agradecida y pensando que se trata de un regalo divino lo usa todos los días. Un pandillero (El Zarco) nota el nuevo reloj e intimidantemente lo roba. Ahora, además de los problemas cotidianos de sobrevivir en la calle, Mónica debe huir de El Zarco, quien se siente estafado porque el reloj deja de funcionar.
Cine y realidad

El cineasta Víctor Gavíria se ha caracterizado por utilizar cierto tono documental para narrar los hechos en sus películas, razón por la cual sólo emplea en sus filmes "actores naturales" cuyas vivencias sean similares a las de sus personajes. En la película se usa un lenguaje callejero característico de los estratos más bajos de Medellín, y muestra la cruda realidad de los niños de la calle sin censura alguna. La vendedora de rosas generó sin lugar a dudas diversas críticas en
Colombia.

Los actores y su destino

Gran parte del reparto actoral de la película ha fallecido o se encuentra privado de la libertad. El caso de Giovanni Quiroz ("El Zarco") es uno de los más notables por su protagonismo en la cinta, pues fue asesinado a balazos en Medellín de una forma muy similar a la ocurrida con su personaje, y aproximadamente un año y medio luego de su estreno. Su cuerpo acribillado fue encontrado cerca de un río, en circunstancias nunca esclarecidas por las autoridades. Se le había prometido un curso de actuación en España y oportunidades de trabajo para abandonar la delincuencia, sueños que no se pudieron realizar por una decisión propia de Quiroz.

La protagonista
Lady Tabares fue detenida y condenada a 26 años de cárcel por delito de robo y homicidio de un conductor de taxi
de 44 años de la ciudad de Medellín, en complicidad con su entonces pareja, Edison Castañeda. Hoy es madre de un hijo, se graduó como esteticista mientras cumple su condena, y se especula que sufre de cáncer de seno.

Otro caso es el de la propia Mónica Rodríguez (personaje real sobre el que también se basó la historia) quien murió asesinada de un balazo mientras se rodaba la pelicula. Otros actores fueron asesinados en casos aislados: "Milton", "El enano", "Anderson", "Don Héctor", y otros dos con papeles muy breves en la película "El Flaco" y "El Botas".

Finalmente Jennifer Arteaga, una hija adoptiva de Giovanni Patiño ("Papá Giovanni") quien participara en algunas escenas del piloto, fue encontrada muerta flotando en el río Medellín antes de empezar el rodaje de la película.

Un caso excepcional fue el de Marta Correa ("Judy") quien decidió salir de las calles y es apoyada por Gaviria, director y co-guionista de la cinta, como lo hiciera en su momento con el ahora reconocido actor de cine y televisión Ramiro Meneses, quien saldría de la violenta vida de las comunas de
Medellín tras interpretar el rol principal en la cinta Rodrigo D: No futuro (1990
), también dirigida por Gaviria.

La vida real de estos personajes, y el destino de muchos de ellos, incluyendo el sepelio de Mónica Rodriguez, fue grabado en un documental llamado " como poner a actuar pájaros"

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